Qué no debemos hacer frente a una persona tartamuda

La tartamudez es tan antigua como la aparición del habla y desde la Antigüedad se le han atribuido diversos orígenes y tratamientos.

Según explica a Infosalus la fonoaudióloga Laura Castro Romero, vocal del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid y codirectora del Centro LOGOPEDIA LyG, «la tartamudez o disfemia es un trastorno por el que se producen interrupciones involuntarias en el habla, como pueden ser repeticiones o bloqueos, acompañadas de tensión en el cuello y/o en la cara».

La experta reconoce, además, que este trastorno suele producir en quien lo padece una baja autoestima, así como ansiedad, estrés e incluso miedo a hablar en público o por teléfono.

Por eso, y a juicio de esta experta, es muy importante tener en cuenta que cuando hablamos con una persona con tartamudez, con frecuencia y de forma involuntaria tendemos a actuar de forma incorrecta. «Solemos terminar las palabras o frases por ellos creyendo que de esta manera les ayudamos e incluso cuando hablamos con niños o adolescentes les felicitamos si no se atascan, esto es todo lo contrario a ayudarles», advierte Castro.

Es más, sostiene que es muy importante darles el tiempo que necesiten para hablar, no impacientarnos, ni tampoco terminar las frases por ellos. También ve importante evitar frases del tipo ‘habla despacio’ o ‘no te pongas nervioso’. «Y sobre todo, hay que tener en cuenta que lo realmente importante es lo que dicen y no como lo dicen», sentencia la vocal del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid y codirectora del Centro LOGOPEDIA LyG.

EL TRATAMIENTO

Aunque afirma que la tartamudez no se corrige como tal y suele acompañar a la persona durante toda la vida, sí celebra que «se puede controlar y compensar con un tratamiento logopédico».

En cuanto a sus causas, la vocal del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid apunta que esta condición va implícita en la persona: «La persona tartamuda tartamudea. No obstante, hay factores que pueden llegar a influir en ese tartamudeo dependiendo de la persona, como podría ser un ambiente de alta exigencia durante la infancia, antecedentes familiares de tartamudez, padecer algún otro trastorno del lenguaje, hablar en público o por teléfono».

En concreto, Castro cita que existe un tartamudeo infantil o de desarrollo que se produce en algunos niños cuando están aprendiendo el habla y el lenguaje, entre los 2 y los 5 años. «Algunos de estos niños evolucionarán favorablemente sin llegar a necesitar tratamiento, mientras que otros mantendrán la condición de tartamudez para toda la vida«, señala.

Asimismo, precisa que en los adultos se pueden encontrar 3 tipos de tartamudeo:

. Un tartamudeo caracterizado por presentar múltiples interrupciones en el habla producidas por espasmos.

. Un tartamudeo en el que se producen repeticiones de sílabas y de palabras, con mayor frecuencia en consonante que en vocal, y a principio de palabra que en medio.

. Un tartamudeo mixto que combina los dos síntomas mencionados anteriormente. Éste suele ser el más frecuente.

En cuanto al tratamiento, recuerda también que el profesional indicado para tratar todos los trastornos de habla y del lenguaje es el fonoaudiólogo. En estos casos, por tanto, ve conveniente el acudir a un logopeda para que valore el caso y lo trate.

«Con la ayuda del logopeda (fonoaudiólogo) mejorará el dominio de su expresión oral haciéndola más funcional, relajada y fluida, aprenderá a comunicar de forma más suave y cómoda, consiguiendo un control adecuado de la respiración y la fonación, mejorando la entonación y el ritmo del habla. De esta forma la persona adquiere mayor seguridad y autoestima, lo que influirá positivamente en sus relaciones sociales, personales y laborales», detalla.

Fuente La Nación.

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